Los vinos y los licores medicinales forma parte de los remedios naturales usados en la fitoterapia para evitar, combatir y aliviar el mal estar y mantener buena salud y forman parte de los remedios de uso interno.

Este tipo de preparativos, utilizados tradicionalmente para fabricar licores digestivos o de hierbas aromáticas de sabor agradable, son una excelente manera de enmascarar al mal sabor de muchas de las plantas medicinales de las que se deseaba obtener una serie de propiedades terapéuticas.

La raíz de genciana, por ejemplo, se sigue utilizando muchísimo en licores de acción tónica estomacal, llegándose a pagar fortunas por ella débito a su escasez, ya que al ser la raíz la parte utilizada, está en peligro de extinción.

Resulta una alternativa muy buena y menos agresiva que las tinturas cuando queremos beneficiarnos de los principios activos que se disuelven en alcohol. Se obtienen dejando macerar la planta seca ( o la parte utilizada de ella) en la cantidad adecuada de vino o licor seleccionado. Se puede o no filtrar, dependiendo de los casos.

Es importante destacar que los vinos y licores medicinales se elaboran con plantas secas, debido a que las frescas pueden enmohecerse con facilidad.

La graduación de los licores y vinos varia según se rebaje con agua. Así puede ir desde los 10º de los vinos, pasando por los 17º de las mistelas y los 30º o más de los licores anisados y dulces. Al tener la cualidad de extracción, el alcohol que ha estado en maceración con plantas medicinales, posee y retiene las propiedades de éstas, al mismo tiempo que actúa como un excelente disolvente y conservador.